De generación en generación, la misma pasión
Un restaurante imprescindible en Barcelona
El Alma de Can Fusté
En un momento crucial, cuando la continuidad del negocio estaba en juego, fue María, hija del fundador, y Carlos, su marido, quienes asumieron el reto de mantener vivo el legado. Con esfuerzo, superación y aprendizaje, lograron evolucionar el restaurante, siempre fieles a la esencia de ofrecer lo mejor, sin adornos ni florituras. Trabajar con el corazón, dedicación y respeto por la tradición ha sido el motor de nuestra historia reciente.
El mundo de la gastronomía es un camino lleno de sacrificios y desafíos, un camino en el que, muchas veces, se nada a contracorriente. Pero, ¿qué sería de nosotros si no siguiéramos lo que más amamos? Esto es lo que sabemos hacer, lo que nos impulsa cada día.
Hoy, María y Carlos siguen siendo los pilares de la casa: Carlos, maestro de maestros y fuente de alegría, y María, criada entre estos fogones, ahora gerente y administradora, son el alma de Can Fusté.
Legado de Can Fusté
Hace más de cinco años, el hijo del matrimonio, Carlos Jr., se unió al equipo, aprendiendo el oficio con una celeridad y maestría admirables. Él es el ejemplo perfecto de cómo se puede aprender con respeto, dedicación y pasión, dominando todos sus aspectos sin que falle ninguno.
Carlos Jr. lleva impreso el respeto por el legado de Can Fusté y está preparado para afrontar los desafíos que nos esperan, siempre con la mirada puesta en la excelencia.
Equipo Can Fusté: Esencia y Dedicación
No sería posible hablar de Can Fusté sin recordar a todas las personas que han formado parte de nuestro equipo a lo largo de los años. A cada uno de ellos, con sus aciertos y errores, les debemos nuestro agradecimiento eterno.
Hoy contamos con un equipo de cocina totalmente entregado, de total confianza, que se ha forjado con el paso del tiempo y que sigue manteniendo la esencia de Can Fusté con dedicación, lealtad y mucho cariño. El equipo de Can Fusté es una familia, en la que cada miembro aporta su granito de arena.
El Pilar de Can Fusté
Y, por supuesto, un agradecimiento muy especial a nuestros clientes. Sin su apoyo, su lealtad y su cariño, nada de esto sería posible. Gracias por seguir formando parte de nuestra historia, por convertirnos en un restaurante imprescindible en Barcelona y por compartir con nosotros los momentos que hacen que cada día valga la pena.