El Restaurante Can Fusté nace en junio de 1973 con una idea muy clara: materias de calidad. Ponemos de moda el famoso “Pan tostado con tomate” como parte de la idiosincrasia catalana y lo acompañamos con un excelente jamón ibérico; impera el pescado y marisco de playa y una carne selecta con un sabor muy especial: el que da la plancha.
Un cambio generacional en el año 90 nos lleva a realizar algunos cambios graduales: estéticos, de servicio, de puesta en escena y fundamentalmente de la cocina.
Se nos llena la boca con la palabra “producto”, cuyo significado es tan simple como el propio vocablo: materia prima de máxima calidad, respetando las estaciones y lo que la naturaleza, tanto tierra como mar, nos ofrece de forma espontánea en el momento que le corresponde.
Cierto es también que estamos acostumbrados a oír la catalogación de “cocina de mercado” sin pensar en el hecho de que hoy en día casi todo el año se puede encontrar en el mercado toda clase de productos, aunque no están en su época de nacimiento.
Nosotros ponemos en la mesa lo que ha brotado en meses concretos, lo que se ha pescado la noche o la tarde anterior, lo que hemos cocinado con nuestras manos… En definitiva: verdadero producto.
Encontrar el equilibrio entre lo que ofrecemos con tanto cariño y su procedencia es nuestra búsqueda diaria. Tratamos cada plato con mucho respeto, el mismo respeto que sentimos hacia nuestros clientes, el mismo mimo con el que pretendemos que se sientan como en casa…